GLADYS LAPORTE, LA ABUELA CUENTA-CUENTOS

24 de marzo de 2010 — CON MOTIVO DE LAS FIESTAS PATRONALES EN HOMENAJE AL BUEN JESUS DE PETARE, SE REALIZO UNA EXPOSICION EN EL MUSEO DE PETARE, BARBARO RIVAS, EN DONDE TUVO PARTICIPACION LA GRAN CUENTA CUENTOS Y PATRIMONIO CULTURAL DEL ESTADO MIRANDA, GLADYS LAPORTE. REALIZADO POR: EDUARDO HERNANDEZ P.N.I.: 5.909 MUNICIPIO SUCRE, ESTADO MIRANDA, VENEZUELA 03/2010

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miércoles, 27 de abril de 2011

LA SOÑADORA. DE GLADYS LAPORTE


 CUENTO DE GLADYS LAPORTE
En un pueblo de este país, donde abundan las creencias populares y  supersticiones, vivía una linda muchacha, que había quedado huérfana y estaba completamente sola en la casa que le habían dejado sus padres. Esta joven había recibido muchas peticiones de matrimonio por parte de ricos y pobres habitantes del poblado. Pero la joven no se decidía por ninguno. En el interior de su corazón, había decidido quedarse soltera y servir de alguna forma a Dios y a la humanidad, pero eso de entrar a un convento no le llamaba la atención, ella esperaba que Dios le mostrase el camino a seguir. La muchacha era muy piadosa, de misa diaria y ayudaba a algunas beatas a arreglar la iglesia y siempre traía las mejores flores de su jardín para el altar del Santísimo Sacramento. Visitaba a los enfermos y éstos se sanaban con la sola presencia de la chica y la gente se iba dando cuenta de esto y empezaron a circular el rumor de que era milagrosa. Ella se defendía diciendo que lo que hacía era orar al Señor por la salud del enfermo y si éste tenía fe se curaba. Las mujeres comenzaron a darles a sus hijos de ahijados de Bautizo y Confirmación, por lo que rápidamente se hizo de un montón de hijos putativos a los que amaba, pero tenía poco dinero para darles regalos y otras cosas que le solicitaban. Una vez, hablando con una comadre le contó lo siguiente:
-Comadre, antenoche soñé con usted y en el sueño vi, que usted, se estaba bañando con montones de monedas de oro y que el oro corría como agua hacia el conuco que tiene a las orillas del río, todos sus hijos y su esposo se bañaban en el río y salían lindos y brillantes como ángeles.
-¡Ay comaíta, que sueño tan bonito! Dicen que cuando sueñan con uno una gente buena como usted, al tercer día se cumple.
-Se lo conté porque me pareció de buen augurio, pero yo no creo en esas cosas.
Al día siguiente la comadre vino corriendo a casa de la muchacha que se llamaba Elímina y le dijo:
-¡Comaíta, figúrese lo que pasó! Mi marido estaba con los muchachos de nosotros, abriendo unos agujeros en la orilla del conuco para poner una cerca, cuando tocaron una cosa dura y ¿sabe lo que era? Una pimpina llena de morocotas de oro. ¡Comaíta lo que usted, soñó para mí! ¿Sabe lo que hice? Cuando mi marido las trajo para la casa me bañé con las monedas para que se cumpliera el sueño y bañé a mi marido y a mis hijos con eso. Lo que no me gustó es que se fuera como agua al río. ¿Qué querrá decir eso?
-Como ya le dije eso fue una coincidencia, no creo en sueños, pero por si acaso, cuide mucho su dinero para que no se le acabe tan rápido. Ponga a los niños a estudiar e inviértalo en cosas provechosas. Me alegro mucho por ustedes.
-Mire comaíta, yo le traje para usted, estas diez moneditas de oro, porque yo se que usted, no está muy bien de dinero que digamos. Cámbielas y se sirve de ellas.
-Muchas gracias-dijo Elímina- se las voy a aceptar porque tengo una familia al final del pueblo que está pasando mucha necesidad y con esto los podré ayudar en algo. Me cayeron como llovidas del cielo.
La noticia corrió como reguero de pólvora y a casa de Elímina vinieron muchas personas a pedirle que soñara por ellas y que le pagarían por soñar. La muchacha se asustó mucho con esto y se fue a confesar con el cura de la parroquia quien le dijo que la Iglesia católica no aceptaba esas cosas y que tuviera mucho cuidado.
Una tarde llegó a su casa el Director de la escuela y como quien no quiere la cosa, sacó a relucir en la conversación el caso de los sueños y le dijo:
-Mire señorita Elímina, eso de soñar por otros es una profesión muy bien pagada, se usaba en la antigua cultura de Egipto y lo de interpretar sueños se ve hasta en la Biblia, yo no le veo nada malo a eso y por lo pronto le voy a pedir que tenga un sueñito conmigo a ver si me caso con usted, ja, ja, ja.
-No le veo lo gracioso -contestó Elímina- Fíjese que tras antier soñé con el boticario, que le había dado un infarto y fíjese hoy lo están velando en su casa. No me gusta nada eso.
-Si la comprendo, pero lo cortés no quita lo valiente, usted no va a cobrar para usted, sino para ayudar a las personas que necesitan de su caridad. Creo que Dios lo vería con buenos ojos. Usted me dijo que estaba esperando que Dios le señalara el camino, pues ¡aquí está! Así es que: ¡a soñar bien bonito! ¡No tema Señorita!
Elímina se entusiasmó con las palabras que le dijo el maestro director de la escuela y se dijo:- este es un hombre sabio y lo que dice parece cierto. Voy a soñar por encargo y con lo que me paguen ayudaré a los más pobres que yo, como lo voy a hacer con una buena intención Dios me perdonará Elímina se fue retirando de la Iglesia porque se sentía pecadora. Así durante años se dedicó a soñar por otros, unos sueños buenos y otros no tanto y a veces inventaba un poco para dejar satisfecha a la persona que solicitaba sus servicios. Cuando se hizo viejecita y enferma una noche soñó que la había venido a buscar el Dios Osiris, pero como ella no sabía quien era ese mandó a llamar al maestro y éste le contó que era el Dios que garantizaba la vida después de la muerte, que era el padre de Horus el dios solar de los egipcios y hermano y esposo de Isis, modelo del amor conyugal y de la devoción materna. Que Osiris era un Dios salvador.
-¡Ay que horror! Yo me quiero ir con Jesucristo profesor, no con un Dios que no conozco.
-Pero a lo mejor usted es una reencarnación de una soñadora de esa religión y vino a este mundo a cumplir esa misión.
-¡Ay no, no quiero! Hágame el favor y me llama al padre Venancio, para confesarme con él. Estoy sinceramente arrepentida. Yo soy cristiana.
El maestro que era un escéptico le dijo:
- Mire señorita Elímina, yo no creo en nada de eso ni en lo uno ni en lo otro, porque son leyendas muy lindas que se inventaron los hombres para tratar de buscar a alguien superior. Pero tengo entendido que si usted se arrepiente  de verdad no tiene nadie que venir a perdonarla. Pero si usted, lo desea mandaré buscar al cura.
-Si por favor, señor maestro, sólo así estaré tranquila.
Pero el cura no alcanzó a llegar a tiempo y Elímina expiró, lo que a la gente le pareció extraño es que en la puerta de la casa estuvo parada un ave desconocida y al preguntar los vecinos que animal era ese el profesor dijo: -¡Es un halcón!
Y colorín colorao, este cuento se ha acabao…
SITIO WEB DE LA IMAGEN: http://grupos.emagister.com/imagen/imagen_del_dios_egipcio_horus/1647-237333

1 comentario:

GLADYS MARGARITA LAPORTE DE VILLEGAS dijo...

Me han preguntado que quiere decir el halcón en la puerta de la casa de Elímina y les contesto que el halcón era el símbolo de Horus el hijo de Osiris y ahí queda eso...

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