GLADYS LAPORTE, LA ABUELA CUENTA-CUENTOS

24 de marzo de 2010 — CON MOTIVO DE LAS FIESTAS PATRONALES EN HOMENAJE AL BUEN JESUS DE PETARE, SE REALIZO UNA EXPOSICION EN EL MUSEO DE PETARE, BARBARO RIVAS, EN DONDE TUVO PARTICIPACION LA GRAN CUENTA CUENTOS Y PATRIMONIO CULTURAL DEL ESTADO MIRANDA, GLADYS LAPORTE. REALIZADO POR: EDUARDO HERNANDEZ P.N.I.: 5.909 MUNICIPIO SUCRE, ESTADO MIRANDA, VENEZUELA 03/2010

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jueves, 13 de mayo de 2010

LA NEGRITA DE GUARENAS


LA NEGRITA QUE QUERÍA
TENER LOS CHICHARRONES AMARILLOS
CUENTO DE GLADYS LAPORTE




Hace ya algún tiempo, aquí mismito en Guarenas, vivía una negrita bien bonita llamada Marisol, que tenía una linda cabellera negra. Pero ella quería tener sus chicharrones amarillos.
Todos los días le decía a su mamá:
-¿Cuando será que se me va alisar el pelo y ponérseme amarillo como el de la portuguesita de la panadería?-
-Hijita, eso nunca va a ocurrir, porque el pelo que tienes es el que te corresponde, según tu tipo. Es igualito al mío y al de tu papá.
-¡Bueno pues, yo no quiero estos chicharrones, yo quiero mi pelo liso y amarillo!-
La mamá no hallaba que hacer, pues aún no habían inventado los alisadores ni las pinturas de pelo.
Marisol cuanta cosa amarilla encontraba se la ponía en el cabeza como adorno.
Un día su abuelita le regaló dos canarios y la negrita los desplumó y se colocó las plumitas en el pelo.
En otra oportunidad, cuando floreció El Araguaney del jardín, Marisol le arrancó todas las flores y se las pegó en la cabeza.
También le desprendió todas las flores a la mata de auyama, le quitó del pecho las plumas amarillas a unos turpiales.
Una tarde en que fue hasta el río Curupao vio como sobre las flores amarillas de pega -pega se posaban miles de mariposas amarillas.
Subió corriendo a su casa y con un gran colador de café cazó cientos de ellas y, tomando las florecitas de pega-pega, se pegó en cada mechoncito de pelo una flor y una mariposa. Luego, cuando fue a la plaza todo el mundo se quedó admirado porque las mariposas estaban vivas. A las seis de la tarde ya habían muerto las mariposas y empezaron a ponerse malolientes. La niña fue a hablar con su mamá y le dijo:
-¡Mamá, ayúdame a quitarme esto de la cabeza!
-¡Ay! Hija mía no te sale ni una, probaré con agua caliente.
Ni así pudo la madre quitarle las mariposas ni las flores. ¿Saben por qué?
Porque Madre Naturaleza estaba muy enojada con Marisol y para darle una lección había ordenado a las flores que no se despegaran.
Cuando la negrita llevaba dos días con esa podredumbre le preguntó a su mamá:
-¿Qué podré hacer para quitarme ésto?-
-Creo que debes ir a hablar con madre Naturaleza para que te ayude.-
Así lo hizo Marisol y se fue hasta el río a suplicarle a Madre Naturaleza, quien estaba todavía enojada porque ella no tenía piedad de sus criaturitas. Aun así, le ordenó a los tucusitos que le arrancaran las flores y las mariposas a la negrita, quien quedó calva porque los pajaritos se llevaron en sus piquitos la raíz del pelo de la niña.
Marisol no podía salir de su casa. Habían pasado tres meses y no había ni un pelito en su cabeza, entonces llorando le preguntó a su madre:
-¿Qué podré hacer para que me salga pelo?-
-Ve a hablar con Madre Naturaleza y puede que tenga compasión de ti.
La niña volvió al río y le suplicó a la Madre Naturaleza:
-¡Oh Madre Naturaleza! ¡Ten compasión de mí! ¡Devuélveme mi cabellera!
-¿Estás arrepentida de haber maltratado a mis criaturitas indefensas?- Le preguntó Madre Naturaleza.
-¡Si, sí, madrecita! ¡Te juro que no volveré a matar ni una mosca!
¿Dime cómo quieres tus cabellos?-
¡Ah madrecita! ¡Devuélveme mis mismos chicharrones bellos!
Y así fue. Y no hubo negrita que amara más sus chicharrones, que la negrita Marisol.
Quien se siguió adornando el cabello, pero con flores de telas y pepitas de colores.
¡Y colorín colorao este cuento se ha acabao!

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