Allá en los comienzos de los tiempos antes que el indio supiera trabajar la arcilla para hacerse recipientes, existía y aún existe, una planta a la que llaman totumo que tiene frutos denominados taparas. Totumo es una voz indígena que significa para todo, es decir, que se usa para todo y ya verán por qué. Estas tierras donde nosotros vivimos ahora, como todos sabemos, estaba habitada por la tribu de los indios Huerenas. En tiempos de sequía, cuando había mucha hambruna y sed, los indios se saciaban con la tripa de la tapara e iban a botar las conchas en un mismo lugar; luego descubrieron, por casualidad, que las cáscaras se ponían duras con el tiempo. Después de las grandes lluvias, llegó de nuevo la sequía y los indios volvieron a comer tapara y fueron a botar las conchas al botadero, donde una india vieja y curiosa se dio cuenta de que las taparas, estaban llenas de agua pura y fresca, entonces gritó: ¡ Ta pará Agua ! De ahí le viene su nombre al fruto del totumo. Probaron el agua y vieron que era buena, por eso la tapara del totumo, fue la primera cantimplora que hubo por estos lares. Con el junquillo huerena, que daba el nombre a la tribu, los indios tejieron una especie de malla protectora a la tapara, y se la colgaban del cuello, para llevar el agua para sus viajes. Usaban como tapa un trozo de madera de cují o de otra madera suave. También comenzaron a almacenar el agua de la lluvia en las taparas, enterraban las mismas en sitios estratégicos, por donde debían pasar en tiempos de sequía; porque los huerenas eran recolectores y seminómadas; no salían de su territorio sino que daban vueltas alrededor de él, buscando el alimento que daban los árboles en las diferentes épocas del año. Aún no habían aprendido a sembrar y cultivar la tierra. Ellos tiraban la semilla a tierra y la madre natura sabia, las hacía germinar para que tuvieran frutos cuando volvieran a pasar. Sucedió que un día de esos en que tenían un viaje para La Huairita, una india echó leche de chiva en una taparita, para darle a su niño chiquito, cual sería su sorpresa que al abrirla en la tarde, surgió de adentro una exquisita cuajada (aquí se originó el yogurt) de queso de chiva, los indios la sazonaron con ají y se la comieron con casabe. Otro indio llenó su tapara con jugo de caña y al fermentarse dio un aguardiente claro dulzón, que alegraba el corazón pero no emborrachaba, el cacique guardaba su tesoro en grandes taparas, el piache o brujo, descubrió grandes poderes medicinales, además llenó una gran tapara con semillas de capacho y la usó como instrumento musical para invocar a los dioses. Los músicos hicieron maracas más pequeñas para tocar en las fiestas y colocaban taparas de diferentes tamaños, colgando de los árboles y tocándolas con un palito obtenían diversos sonidos como especie de pequeños tambores, otros les abrían agujeritos y soplaban y surgían melodías como de flautas a la que llamaron fotutos ( por eso Guarenas es una ciudad muy musical, nos quedó de herencia). Los viejos usaron las taparitas para guardar el tabaco, las viejas cocineras guardaron el ají y manteca de varios animales, de aquí surgió el refrán “perro que come manteca mete la lengua en tapara”. Fíjense que muchas personas han tenido que pagar cárcel e incluso morir por hablar de cosas que no debían saberse, pues los perros que se comían la manteca, metían la lengua en la tapara, pero la afinaban así como cuando comemos helado, pero luego cuando iban a sacarla de la tapara no se acordaban de afinarla de nuevo y se les hinchaba y en su desesperación corrían y corrían no se dejaban agarrar por nadie para que se las quitara, se metían al bosque y se morían de hambre y sed, porque su imprudencia los mataba. Bueno las totumitas se convirtieron en conservadoras especiales (Entrando en Guarenas, por la carretera vieja existe hoy día una fábrica de estos conservadores, tiene nombre gringo, y son de plástico, yo no estoy inventando nada, compruébenlo por ustedes mismos). Las jóvenes guardaban sus collares y adornos, todos los implementos del maquillaje, así es que un indio cargaba por lo mínimo, cinco o seis taparas, cuando salía de viaje. Es decir un neceser moderno, con cooler y koala incorporados. Fueron usadas las taparas como poncheras y vacenillas, las damas las usaban como implemento para uso íntimo. Así la vida de los huerenas, fue girando alrededor de las taparas del totumo. Imagínense que los barberos, le colocaban una mitad de totuma en la cabeza a sus clientes y le cortaban el pelo a la moda de la época, haciéndoles el hermoso “Corte de Totuma” tan apreciado por nuestros indígenas. Los muchachos inventaron un juego para pasar las tardes en que estaban desocupados. Consistía en encestar una tapara redonda y jecha a manera de pelota en una cesta de esas que las madres indias usaban a la espalda para cargar a sus hijos pequeños. Y hay personas, que tiene la cachaza de decir que la basket lo inventaron en el Norte ¿ Qué les parece ? Al irse corriendo la fama del totumo de los huerenas, se formó un comercio con las demás tribus que hacían trueque intercambiando sus productos por taparas y semillas del Totumo, así es que todo el territorio nacional desde Coquivacoa a Macarapana, se llenó del Totumo de los huerenas y no existe una sola región que no tenga sus matas de totumo. ¡ Ah ! casi se me olvida. Por ahí creo que he debido empezar. existe una leyenda, que oí por ahí, que en esa época, los indios huerenas se la pasaban en una guerra con los indios huatires, que era una tribu vecina. Pues bien, en uno de los viajes, se conocieron los dos hijos de los caciques de los Huerenas y de los Huatires, que eran La princesa Huarena, cuyo nombre significa “Puerta por donde el sol se asoma” y el príncipe Huatire, que significa “Flecha que lanzada al viento toca el corazón del sol”, estos dos se amaron, se casaron y se acabaron las guerras y se hizo las paz y vinieron las dos tribus a ser una sola. Pero pasaron dieciocho lunas y la princesa Huarena, que ya era reina, no podía quedar embarazada. Ella estaba muy triste y desesperada porque no tener hijos era una desgracia muy grande para una reina, porque ella debía dar hijos al rey para que lo heredaran en el Cacicazgo y el ejemplo para que las demás indias de las tribus parieran bastantes hijos, para que la tribu se hicieran fuerte ante los posibles invasores. Con bastante gente que peleara. Si no tenía hijos, la reina debía ser sacrificada, para que el Cacique buscara otra esposa que le diera herederos. La Reina Huarena, sabía lo que le esperaba. Una noche de luna llena, “ Puerta por donde el sol se asoma” o sea la reina Huarena, fue a Curupao con sus doncellas y sirvientes, a orar ante un hermoso totumo que se había convertido en el Tótem de la tribu, era el mismo Dios de nosotros, pero ellos no lo conocían así . La reina lloró, oró, suplicó, por un hijo y por su vida también y por el amor del rey al que amaba mucho. Dios, que habitaba en el Totumo, se compadeció de Huarena y le dio una receta para que se le abrieran las entrañas. Era así. “Manda a abrir un hueco en la tierra y que hagan una fogata, luego que coloquen muchas taparas abiertas, para que la tripa se ase, cuando baje la candela, te sientas sobre el vapor que boten las taparas asadas. sobre una troja (una barbacoa) de caña amarga y pasa allí toda una noche, así lo hizo la reina Huarena y parió tanto muchacho, que desde Turumo a Las Barrancas, todo eso está lleno de príncipes huerenas, luego cuando crecieron se casaron con las princesas de los Huatires y se hicieron un solo pueblo. Por eso Guarenas y Guatire son dos pueblos hermanos, todo el camino que va de Guarenas a Guatire estaba sembrado de Totumos, si no lo creen, vean los que aún quedan en la Intercomunal, en todo el medio de la isla. Mas adelante, cuando llegaron los españoles, que comían con las manos, porque aún no conocían los cubiertos, vieron todas las cosas que los indios hacían con las taparas y entonces mandaron a los esclavos a cortarlas en diferentes formas y empezaron a surgir, vasos, copa, tazas, platas cucharas y cucharones y hasta lámparas, porque les abrían huecos y las llenaban hasta la mitad con agua para que no se reventaran y entonces metían una rama de tártago (ricino) y la prendían y se alumbraban tres horas en la noche. ¡ Guá !. Está interjección que usamos en toda Venezuela, como parte de nuestra lengua también tiene sus origen en nuestra tierra y casi todos los vocablos indígenas la tiene en su léxico, ejemplo: Guatopo, guanábana, guayaba, Guaicoco, Guacaipuro, guateque, Guarenas, Guatire, Caucagua, Guanare, Guaira, Guasare, Guárico y por ahí sigue, búsquenlas y hagamos un diccionario. Otra cosa es que yo no se que secreto tiene, pero nunca un blanco, ha podido comer tripa de tapara ¡ Es que le hace daño ! Los negros aprendieron a comerla y junto con los indios se dan tremendo banquete, las preparan en dulces en jugo y en guisos sabrosos y alimenticios. Yo, personalmente, conozco a una familia que vive en Zumba, que se alimenta con tripa de tapara. Después de la Conquista y de la Colonia, surgieron las fiestas criollas y populares, y se empezó a rendir homenaje al totumo de Guarenas, tanto así que pasó a ser el árbol regional y un maestro músico escribió un sabroso golpe guarenero, que en ninguna fiesta patronal o de pueblo, que se digne de ser buena debe faltar en su repertorio, el golpe del maestro: Benito Canónico. El Famoso Totumo de Guarenas, que vino a ser nuestro tercer himno, junto al Nacional y al del Estado Miranda.
¡ Ah ! y cuando tengan tiempo dense un paseo por Curupao que aún pueden observar en las riberas del río al hermoso Totumo de la reina Huarena. Y colorín colorao, este cuento se ha acabado.......
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