CUENTOS PARA MI NIETECITO
GLADYS LAPORTE
LA ESPINITA
Un día la espinita de una rosa estaba muy triste
Lloraba a lágrima viva y se decía:
-Nadie me quiere, solo causo heridas a todos
Una tarde de esas en que estaba llorando
La rosa la oyó y le dijo:
-¿Qué te pasa espinita, por qué lloras?
La espinita le contestó:
-Porque todos vienen a besarte y a olerte
pero a mi me desprecian y me temen.
La rosa le dijo: ¡Ay espinita! Yo te quiero
mucho, porque tú me proteges de los que quieren hacerme daño. Además no puede haber rosas sin espinas. Tú eres indispensable para nosotras.
Entonces la espinita se alegró y más nunca lloró. Porque supo que alguien la quería y que ella era primordial para las rositas.
Todos somos lo más importante para alguien en esta vida.
EL PERRO Y EL SAPO
Un perro que iba por un camino, estaba medio muerto de hambre, pues tenía muchos días que no comía, en un atajo se encontró con un sapo y lo agarró por el lomo para comérselo, pero el sapo le dijo: ¿Qué mal te he hecho para que quieras comerme? Sabes que si quiero puedo quemar tu boca con la leche que exhala mi cuerpo. ¿Quién te ha dicho que sapo se come? El perro le contestó:
Con hambre no hay mal pan y tu pareces un buen bocado, cuando abrió la boca el sapo se le cayó y éste empezó a saltar rápidamente y en el bosque se perdió y el perro se quedó con la boca quemada muy malhumorado.
Hay que saber elegir nuestro bocado
GLADYS LAPORTE
LA ESPINITA
Un día la espinita de una rosa estaba muy triste
Lloraba a lágrima viva y se decía:
-Nadie me quiere, solo causo heridas a todos
Una tarde de esas en que estaba llorando
La rosa la oyó y le dijo:
-¿Qué te pasa espinita, por qué lloras?
La espinita le contestó:
-Porque todos vienen a besarte y a olerte
pero a mi me desprecian y me temen.
La rosa le dijo: ¡Ay espinita! Yo te quiero
mucho, porque tú me proteges de los que quieren hacerme daño. Además no puede haber rosas sin espinas. Tú eres indispensable para nosotras.
Entonces la espinita se alegró y más nunca lloró. Porque supo que alguien la quería y que ella era primordial para las rositas.
Todos somos lo más importante para alguien en esta vida.
EL PERRO Y EL SAPO
Un perro que iba por un camino, estaba medio muerto de hambre, pues tenía muchos días que no comía, en un atajo se encontró con un sapo y lo agarró por el lomo para comérselo, pero el sapo le dijo: ¿Qué mal te he hecho para que quieras comerme? Sabes que si quiero puedo quemar tu boca con la leche que exhala mi cuerpo. ¿Quién te ha dicho que sapo se come? El perro le contestó:
Con hambre no hay mal pan y tu pareces un buen bocado, cuando abrió la boca el sapo se le cayó y éste empezó a saltar rápidamente y en el bosque se perdió y el perro se quedó con la boca quemada muy malhumorado.
Hay que saber elegir nuestro bocado
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