GLADYS LAPORTE, LA ABUELA CUENTA-CUENTOS

24 de marzo de 2010 — CON MOTIVO DE LAS FIESTAS PATRONALES EN HOMENAJE AL BUEN JESUS DE PETARE, SE REALIZO UNA EXPOSICION EN EL MUSEO DE PETARE, BARBARO RIVAS, EN DONDE TUVO PARTICIPACION LA GRAN CUENTA CUENTOS Y PATRIMONIO CULTURAL DEL ESTADO MIRANDA, GLADYS LAPORTE. REALIZADO POR: EDUARDO HERNANDEZ P.N.I.: 5.909 MUNICIPIO SUCRE, ESTADO MIRANDA, VENEZUELA 03/2010

SÍGUEME EN GOOGLE BUZZ

martes, 31 de marzo de 2015





CUENTO MALEVO.-

 2.-LA DUQUESA NO SE HA IDO, AÚN ESTÁ PENANDO
Por el ventanuco de mi cuarto; que aún se siente friolento, se ve una mañana esplendorosa, por entre las rejas solo alcanzo a ver el cielo azulito, las nubes rosadas y el sol dorando el paisaje; desde la cama acostada, si me  siento puedo ver las copas de los árboles y un trozo del edificio de al lado, y si me paro en la ventana alcanzo a ver el  “Jeque”, la hermosa montaña de Zulbataria, en su extensión por estos lados, pero, ¡Qué va! no me pararé  tengo mucha flojera   ¡Gracias Señor, por esta hermosura de tu creación! A veces pienso que no soy digna de contemplar tanta belleza. ¡He sido tan mala! El apartamento donde vivo es  chiquito, pero cómodo, tiene tres habitaciones, recibo- comedor, un balcón lleno de plantas y pájaros, su cocina y un baño. Siempre lo he considerado mi palacio, me sirve de estudio para escribir y pintar. En él he gozado y he sufrido, pero tengo un corazón agradecido y la vida que me ha tocado no ha logrado amargarme, siento una gran alegría en mi corazón, le gané a mi madre y a mi abuela, he logrado vivir más que ellas.  Aún la cama está calentita y mi frazada rellena con algodón, no quiere despegarse de mi cuerpo, que hoy, por  extraña  coincidencia amaneció sin el menor atisbo de dolor ¡Hoy es  4 de noviembre, mi cumpleaños número 78! Por  maña vieja me toco las manos que tanto me duelen y me jorungo  con presión los nudillos y nada. ¡Qué maravilla! ¡No me duelen!  Estirándome como una gata, arrimo mi pie izquierdo; aún bajo la cobija y me toco la rodilla derecha, nada,  no duele nada. Siempre recuerdo aquel chiste  del doctor que le dice al paciente:
-El día que amanezcas  que no te duele nada es porque estás muerto. Pero yo no lo estoy ¡Gracias  a Dios estoy vivita  y coleando! solo me estiraré otro ratico y me levantaré. Tengo mucho que  hacer, ya van a llegar los muchachos y  prometí hacer un arroz con pollo para celebrar, ellos traerán la torta. Mis seis hijos tan bellos y buenos, lo único bueno que tuve en la vida.
Vienen a mi mente encontrados pensamientos, ¿Por qué tengo que recordar a Estefanía y Humberto, si ya los había borrado de mi memoria. Tiemblo nada más de pensar, que me hubiera sucedido si el día que llegó la Policía a anunciarme la muerte de mi esposo y de su amante, me hubieran llevado presa, porque yo de  bocona hubiera dicho: ¡yo los maté! Sí recuerdo muy bien aquel  trece de febrero cuando mi esposo, me  dijo:
-Hazme un asado negro para comerlo con unos amigos, que vamos a ir a Río Negro a pescar.
-Si van a pescar  comerán pescado, creo yo.
-Tú siempre con tus impertinencias estúpidas, dime si me vas a hacer el asado o no. ¡Qué pasa si nos da la gana de comer carne, es que acaso un pescador no puede comer carne ah! Me dio tanta rabia  que no le iba a preparar nada, pero vi mi oportunidad de vengar tantos y tantos años de malos tratos. Insultos y groserías. Ya estaba harta, saqué la carne  y comencé a  abrirle huecos a cuchilladas, pero no era a la carne, era al corazón de mi esposo que le clavaba el cuchillo, en cada agujero metía ajos, trozos de zanahoria y de aceitunas y alcaparras.de repente mi mirada  fue llevada por el demonio hacia el frasco de matarratas en pastillas que estaban debajo del fregadero  y ni corta  ni perezosa lo abrí y comencé como enloquecida  a meter pastillas por los agujeros de la carne. Intuía que no iba  a ir a pescar con ningunos amigos, sabía que iba a celebrar el día de los enamorados con Estefanía, su última adquisición.

No sé cómo me encuentro en el jardín de la residencia para ancianos donde me depositaron, porque nadie puede cuidarme. De pronto veo a  Humberto que está podando mi mata de gardenias y las flores más hermosas se las está ofreciendo a Estefanía, quien me mira de frente y me dice: Nos matamos  fue en un choque en el carro aquí estaremos penando los tres hasta que Cristo vuelva a juzgar a los vivos y a los muertos, porque si  es verdad que tu intentaste matarnos, nosotros los intentamos primero, te acuerdas de las morideras que te daban, pues era el veneno que tu esposo te administraba todos los días, para que de una vez te murieras y nos dejaras en paz. Gladys Laporte

No hay comentarios:

MIS PINTURAS