Por Gladys Laporte
No volveré a llorar
mi corazón rebosa de alegría
El Espíritu Santo de Dios mora en mí.
Sé que siempre habrá un lugar para mí
un rinconcito tibio donde vivir
Un amanecer de despertares
de la noche antigua
Un mediodía brillante
en espera de una apacible tarde
Un hoy que voy viviendo
de la mano de Jesús
que me va mostrando la Luz en mis tinieblas
y espero la noche confiada
que he de ver de nuevo el sol de mañana
Y sé que a la sequía del verano
sigue una hermosa primavera
y habrá flores para mi en mi ventana
abierta de par en par a las estrellas
que se cuentan sus secretos
Y ya en el otoño de mi vida
Esperaré confiada la llegada de mi noche eterna
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